Pensamiento

Dicen que la soledad vuelve locos hasta al más cuerdo de todos los humanos, que nadie puede vivir en soledad porque todos requerimos de todos. Buscando sin fin aquel que nos entienda en nuestro sentir y pensar, y cuando lo supones ya lo encuentras, en realidad no es así. Al final todos estamos solos y nuestro único eterno acompañante es nosotros mismos. Tan grande, tan chica, la eternidad ahí yace palpitante, retorciéndose sobre si misma sin tiempo ni espacio, con todo y nada. Naciste sola como un perro y morirás sola como uno, de mi dejad de preocuparos ostro ya que de la nada emane y en mi ser es natural la soledad, mi especie sola emano y sola desapareció. Y tú le temes a estar en la soledad, buscando desesperadamente refugio en brazos de alguien que te acompañe sin importar que hagas, siempre buscando el refugio en alguien. Cuando las cosas no van bien tratas de quedar bien para así no quedarte sola.

Vivencias del pasado encapsulan tu espíritu en corazas gruesas y cuasi impenetrables, que ninguno atravesó. Tras la imagen de inocencia buscabas el aliento de confort. Pareciera que fuiste igual a mí, pero ahora lo entiendo mejor. La indiferencia parecía no dolerte pero ay excepciones. No provoques mi ira, no quiero dañarte así como as dañado, que el día que vierta mi ira sobre alguien, desdichado espíritu será devorado y nunca liberado de tormentos multicolores. La soledad es locura, pero al mismo tiempo es cordura, momentos en los cuales uno se encara con los más bajos pensamientos y más intensos sentires, cuando en soledad no ay más remedio que soportar nuestra misma presencia que muchas veces ignoramos siendo distraídos por los demás. Las estrellas danzan liricas coreografías en el cielo negro y sereno y su etérea luz se derrama en mi cabeza, pensando por momentos lo que pude haber sido y nunca fue ni será.

No me sirve de nada analizar y entablar realidades así, pierdo el tiempo en eso como perdí tiempo en ti.

Bellos fueron los recuerdos, pero enterrados mejor estarán.

El pasado al pasado y el presente al presente.

Miro al cielo y su vastedad me condensa y expande, viendo los mundos que fueron y serán, las cunas de grandes civilizaciones.

En YilaCkj! Oh tu blasfema Rÿlehgj, no puedo sacar de la mente los infernales parajes de Seftgh en donde el fuego recorre largas y vastas planicies.

Pensando quede y al final encontré…

Le temes a la soledad, en ella encaras algo que evitas y temes.

Tu persona, las voces que remarcan tus actos, tu conciencia.

Evitas problemas y te encubres en la masa, ahogando tus voces entre habladurías y compañías irrelevantes.

Ahora entiendo.

Solo siempre eh estado, solo en si eh luchado, en la soledad me eh peleado, voces guturales y metálicas retumban en mi cabeza en mis momentos de soledad, recordando lo pasado e imaginando lo venidero, interactuando en el presente.

Cosas que me son de toda la vida…

Para ti son los horrores que huyes y de ellos te escondes.

Gracias te doy porque ahora entiendo más cosas.

Los coros fulminantes de Iq’Xhûlhab tocan metálicas sinfonías que se propagan en mi ser y en el tiempo encapsulan mis pensamientos y sentires.

Al final cansado me siento y no tengo más opción que dormir, soñar con eras remotas y reinos vaporizados por los vientos de Ehécatl.