La realidad no existe en si como mero estándar universal y existencial, más en verdad es un crisol formado por quintillones y septillones de meros fragmentos de realidades algunas entrelazadas otros apartados, separados por vastos barrancos negros sin contenido alguno, el todo y la nada. El hueco del alma, la razón del espíritu, la locura de la conciencia, el fuego del cuerpo. De los altos vientos celestiales en donde solo los altos moran Hasta las nebulosas nieblas etéreas en donde entes se arrastran y retuercen en su miseria y odio. La realidad es solo un fantasma existencial ideado por las cosas que saben que son cosas, para darle alivio a su entidad. Meros circuitos espacio temporales en donde ellos ven sus existencias interactuar entre sí, los planos en donde alguna vez moraron, los planos en donde ellos moran, los planos que morarán. Seres que moraron en la Tierra y que solo caminaban ahora aprendieron a flotar entre las miles de esferas materiales y metafísicas disponibles. Donde la realidad se corrompe dejando entrever a través de sus unidimensionales astillas divagantes por el todo, ahí es donde mora aquel que se dejó ir al que está más allá del allá. . . eh ahí a Iq´Xhûlhab el fuego viviente, la encarnación de la realidad, el grito de los cristales. Masa poliforma que siempre divaga, de origen más arcaico que el primer Universo, combatiente en el Gran Ocaso junto a los Anteriores que se negaron a la asimilación. Por incontables centurias y espacios el mucho interactúa con las cosas que saben que son cosas, a él muchas especies le rinden culto, eones infinitos recibió nombres que invocan a su locura y su eterno poder, el Sultán de los Magnos avernos, El que yace entre los cristales, Krishna, la Araña Temporal, el Hilo que se zafó, Baal, Jehová, La madeja errante.
Y en un modesto y frio mundo lejano a este en las montañas de Rÿlei yace el, ahí en donde los gases de la creación aun están depositados inertes y pacientes en un suelo fúnebre, iluminado por los lúgubres rayos del cuarto Sol de Yilak. Ahí es donde la vida tuvo su primera lucha por la supervivencia. Los altos dioses se vomitan al ver ese mundo y lo encapsularon en un cuarzo y lo lanzaron al vacío etéreo. Tiempo después cuando los Anteriores cayeron Él lo tomo, cristal rebosante de voluntad y lo lanzo a la negrura del espacio, un sol emergió y junto a este un mundo que se tornó azul y en su soledad le venía una luna de grandes proporciones y Él dijo “Esta hecho” y vio el que era bueno… hasta ahora.
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